sábado, 26 de junio de 2021

Lira Popular Virtual.

 



SEGUNDA CARTA ABIERTA A SALVADOR ALLENDE, 
A CIENTO TRECE AÑOS DE SU NATALICIO. 
(POR SI ALGÚN RUFIÁN SE DIERA POR ALUDIDO 
Y ENMENDARA EL RUMBO, ¡JA!).

Aquí estamos, pues, Doctor,
carentes de su palabra,
en esta danza macabra
de fraudes y corrupción.
El pueblo, sin dirección,
desperdicia su energía
observando día a día
aflorar la podredumbre.
Sólo resta darle alumbre,
al actuar de Fiscalía.

Así es la cosa, Doctor…
¿Su partido?, ¿aquél señero?
…ya no quedan compañeros…,
hoy se tratan de “señor”.
Su palabra, Salvador,
no se cita en esa casa;
pero en las calles y plazas
sigue viviendo su sueño.
Los vendidos tienen dueños
y en su partido se tasan.

¿Su partido? ¡Ni lo diga:
perdió el rumbo de su barco!
Carcomido por el narco,
hoy se rasca la barriga.
Pide alianzas y mendiga
entre quienes lo vendieron,
y el carnaval del dinero
les da el ritmo de la rumba.
Es, al borde de la tumba,
su propio sepulturero.

Aquí estamos, pues, Doctor,
dependiendo de la suerte;
no tenemos un Lafferte,
ni un Grove, ni un Salvador.
En medio de este fragor
en que la repre nos barre,
hace falta un Recabarren,
también un Clotario Blest.
Y el que más falta es usted
pa’ que estas riendas agarre.

Hace falta, Presidente,
su dirección combativa,
seria, certera y altiva
que iba siempre de frente.
Cada día es más patente,
su grandeza, Compañero,
pues el poder del dinero
corrompió los ideales.
Los que usted creyó “leales”
tienen precio o se vendieron.

Sólo el pueblo no lo olvida,
jueves, sábado y lunes,
en medio de ollas comunes
en La Legua o en Lo Hermida.
Usted, de frente a la vida,
marcaba un rumbo vibrante
y exigía al militante:
“¡consecuencia, compañero”!
Sobre el tiempo y el yuguero,
su ejemplo se alza gigante. 


JORGE LILLO /  26 DE JUNIO DE 2021

2 comentarios:

  1. Los verdaderos socialistas, puros y sinceros, saben que el partido que él junto a otros audaces fundara en 1933, dejó hace treinta años, de ser popular, socialista, anticapitalista, anti imperialista, latinoamericanista y sin vaticanos ideológicos. Hoy es un vagón de cola de la Internacional Socialdemócrata, aliado de los freístas que ayer apoyaron el sabotaje y el golpe de Estado: un mero corrector de los efectos nefastos que el neoliberalismo ha impetrado a los trabajadores chilenos a lo largo de cuarenta y ocho años. Su trayectoria democrática y leal ilumina a las nuevas generaciones de luchadores.

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