EN LA QUE SE CUENTA UN SUCESO RECIENTE DE ANTIGUA DATA Y QUE NO TIENE PARA CUÁNDO ACABARSE MIENTRAS LA DIGNIDAD NO VUELVA A LAS CALLES Y A LAS PLAZAS
Por Jorge Lillo
Se espanta la población
al conocer los videos;
aunque ya no es algo nuevo,
nos produce conmoción.
Reanuda la represión
sus métodos preferidos:
tortura, ceguera, heridos,
y ¿por qué no? asesinato;
y continuando el maltrato,
un paco lo tiró al río.
Rumbo al trabajo, Fabiola
estaba esperando micro
cuando un paco, no un milico,
la sorprendió estando sola.
¿Con la bomba o la pistola?
la miraba pensativo
y en un gesto decisivo
con la bomba la cegó.
A este otro, que protestó,
un paco lo tiró al río.
Protestaban los muchachos
exigiendo dignidad
cuando llegó la ruindad
siempre montada en el macho.
“A este me lo despacho,
por andar aquí metido”,
–dijo el esbirro sombrío–
despreciable y altanero,
y de un empujón certero,
un paco lo tiró al río.
Al igual que en Dictadura
el régimen militar
echaba la gente al mar,
sin vergüenza ni cordura,
la cobardía perdura
en contra del desvalido.
Tras el “orden” escondidos
acechan los criminales.
Con sus métodos brutales
un paco lo tiró al río.
Despedida
Un paco lo tiró al río
sin empacho, sin demora;
así Sebastián Zamora
te sumas al pudrerío.
Tal vez seas ascendido
y llegues a general
y mandes a despachar
al pueblo en otra ocasión.
Ya no tendrás corazón:
se te ha empezado a secar.
APÉNDICE
Hoy día cinco de octubre
no hay nada que celebrar
pues no pudo terminar
la dictadura que pudre.
Lamenta el pueblo y descubre
que la dictadura renueva
los métodos de su leva.
Viste la mona de seda,
se rearma el represor
y este sistema opresor,
pinochetista se queda.
Veremos si el plebiscito
puede cambiar esta cueca;
la cosa ya viene chueca,
no hay que pisar el palito.
¡Ojo al charqui, compadrito,
ya quedamos advertidos!;
no vote por los partidos
que ya tienen sus secuaces
en convenciones falaces
que nos tirarán al río.
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