LOS INVISIBLES
Décimas a los mensajes escritos en los muros
durante el despertar social del 18 de octubre de 2019.
Salieron los invisibles,
–aquellos que nadie ve–
a dejar en la pared
la huella de lo exigible.
De pronto, fueron visibles
invadiendo la ciudad;
exigieron dignidad
con ruda caligrafía
y en los muros escribían:
“¡pan, justicia y libertad!”
Cuando el poder dormitaba
en sus salones desiertos
detrás de un “panel de expertos”,
la calle se despertaba.
A pintar lo que anhelaban
salieron en todos lados
los parias, los postergados,
reclamando sus derechos,
y desde el suelo hasta el techo,
emplazaron al Estado.
No hubo poder que impidiera
que el pueblo con sus pinturas
denunciara: “¡es dictadura,
renuncie, señor Piñera!”
Desde Arica a Punta Arenas
se pinta, con jerga franca,
y tramo a tramo, en estampa,
como un faro que vigila,
desde los muros nos mira
el rostro de Catrillanca.
Esta obra es restringida:
muestra el sur de una vereda;
pero es toda la Alameda
la demanda colectiva.
Es esta una gran misiva
que no viaja por correo;
en un constante relevo
el pueblo agregó su firma,
exigiendo que esto sirva
para hacer un Chile nuevo.
Despedida
Proclama en la despedida,
el pueblo, su convicción:
“con nueva Constitución,
un nuevo modo de vida”.
Mientras tanto, la avenida,
en cualquier lugar posible,
será la carta visible,
–misiva de entrega urgente–,
al poder indiferente
que no escucha al invisible.
ESCRITO PARA EL LIBRO “LA CIUDAD COMO TEXTO”, DE
CAROLA URETA MARÍN.
JORGE LILLO / 25 DE ABRIL DE 2020
VERSIÓN EN INGLÉS:
THE INVISIBLES
Décimas to the messages written on the walls during the social awakening of October 18th, 2019
Out they came, the invisibles,
–until today they’d gone unseen–
the time had come to intervene
and denounce the inadmissible.
In the streets, they were visible
Silently taking the city;
their plain demands for dignity
sprayed on buildings, the message read
in bleeding letters overhead:
“bread, justice and liberty!”
The authority was resting
untroubled in their office chairs.
While experts joined and put on airs,
nearby streets began protesting.
Out they came to paint, requesting
for basic rights to be restored,
neglected, outcasts, those ignored,
they found their voice and filled the sky
and with that voice they would decry
the government they so abhorred.
No authority could stop them
people came to paint, a stream
denouncing this severe regime,
“step down now Mr. Piñera!”
From Arica to Punta Arenas,
the painted words, as clear as day,
ubiquitous and on display,
beaming out like a watchful light,
guiding us in the dead of night,
the face of Catrillanca.
Certain work begets restrictions:
It shows the southside of the street,
la Alameda now complete
with everyone’s shared convictions.
This unequivocal diction,
it travels fast, with no delay,
word-of-mouth, in constant relay
one by one, ideas are seeded
clear demands of all that’s needed
to rebuild a vibrant Chile.
FAREWELL
Proclaim in the farewell,
the people, their convinction:
“with a new Constitution,
a new way of life as well.”
Meanwhile, the street will tell,
in any place possible,
making the letter visible
–sent by express delivery–
to the indifferent authority
who doesn’t listen the invisible.
TRADUCCIÓN / 09 DE MAYO DE 2020
Traducción de Carola Ureta Marín y Mario Fonseca Velasco
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