En el marco de la
crisis sanitaria por el COVID-19, las autoridades han fortalecido el
llamado a quedarse en casa. La medida, no obstante, ha supuesto un reto
en términos de educación a distancia, sobre todo, porque ni la
televisión ni los medios digitales han logrado dar respuesta a esta
demanda.
Abril Becerra
Jueves. Radio/Diario U. de Chile
26 de marzo 2020 8:14 hrs.
Apenas
la autoridad sanitaria confirmó los primeros casos de COVID-19, los
establecimientos educacionales cerraron sus puertas con el fin de evitar
contagios entre sus estudiantes. No obstante, con ello surgió un reto
que, hasta ahora, nunca se había enfrentado en el país: la educación y
culturización a distancia.
Para dar respuesta a esta situación, desde el Mineduc levantaron una plataforma
en la que se encuentran los contenidos que deben ser abordados por los
alumnos de enseñanza básica y media. Por su parte, el Ministerio de las
Culturas potenció el sitio Elige Cultura, que incluye una serie de proyectos como la animación Cantar con Sentido
de Leonardo Beltrán sobre la vida de Violeta Parra y un libro
descargable para colorear realizado por Memoria Chilena, entre otros.
Pero,
¿son suficientes estas iniciativas, sobre todo cuando se habla del
aislamiento social de los niños y niñas del país? Para la académica de
la Universidad de Chile, Lorena Antezana, todas estas medidas son
positivas, ya que permiten abrir nuevas ventanas respecto de la
educación y la promoción cultural. Sin embargo, reconoce que para
alcanzarlas es preciso contar con Internet, lo que de antemano supone un
privilegio en términos adquisitivos y de uso de la información.
“Siempre doy el ejemplo de Plaza Sésamo.
Este programa se hizo para que los niños de sectores con menos
privilegios tuvieran acceso a algún tipo de información, porque pasaban
mucho tiempo en la calle y no muchos iban a la escuela. Sin embargo, se
descubrió que los niños que veían Plaza Sésamo eran niños que ya tenían condiciones adecuadas, porque al resto nunca nadie les enseñó a ver este contenido. Nadie les dijo dónde estaba y cómo podían acceder a ello”, dice la investigadora.
“Ahora, en general, ninguna iniciativa va a funcionar si es que no hay alguien, algún adulto, que pueda acompañar este proceso,
porque el consumo de televisión o de Internet es un hábito que se
construye en el tiempo. Entonces, no porque esté disponible tal
contenido, significa que los niños van a acceder a él. Además, se
necesita una especie de intercambio en el sentido de que el contenido
que se esté recibiendo sea significativo, que tenga una validez”, añade
la académica.
Televisión, ¿una reforma de emergencia?
En este
contexto, hoy la televisión abierta surge como una de las alternativas
más democráticas si se piensa en la educación a distancia. En esa línea,
desde TVN informaron que el matinal Buenos Días A Todos incluirá un segmento dedicado al público infantil. El contenido se transmitirá al mediodía y será elaborado junto al Ministerio de Educación.
Aún así,
la iniciativa es insuficiente, sobre todo cuando se toman los
antecedentes respecto de la programación destinada al segmento infantil:
sólo un 0,9 de la producción está orientada a este público,
según datos del Consejo Nacional de la Televisión. De acuerdo a esas
mismas cifras, estos programas se emiten, principalmente, durante el fin
de semana y en horarios muy acotados.
En esa
línea, Soledad Suit, directora del CNTV Infantil, señala que hoy, más
que nunca, son importantes los contenidos para niños. “Ahora, es
necesario distinguir algo: la Asociación de Canales Regionales
transmiten la programación infantil que entrega el CNTV hace varios
años. Entonces, ahí tenemos una muy buena evaluación, pero en los
canales de TV abierta, de cobertura nacional, hay poco muy contenido
disponible para los niños y niñas y, ciertamente, ahora es necesario incrementar eso”, comenta.
“Esas son decisiones editoriales de los canales, entonces no puedo juzgar tanto, pero me parece que todos
los canales de televisión, por el hecho de usar una parte del espectro
radioeléctrico del país, que es algo público y de propiedad de todos los
chilenos, tienen una responsabilidad de servicio público. En
ese sentido, los canales de televisión debieran entregar no sólo
información, no sólo entretención para los adultos, sino que también
educación para los más pequeños”, añade.
CNTV, la apuesta infantil
Actualmente,
el Consejo Nacional de la Televisión (CNTV) cuenta con dos medios de
difusión de contenidos: una plataforma audiovisual en la se exhiben los
proyectos beneficiados con fondos y CNTV Infantil. De esta manera, el organismo presenta, de manera gratuita, la primera temporada de Niños Inmigrantes, serie documental que rescata las vivencias de un grupo de hijas e hijos de inmigrantes que viven en Chile; Yo Pipoo, serie infantil sobre un inquieto niño de seis años que, junto a su abuelo, se sumerge en las más excéntricas aventuras; y Hostal Morrison, programa de dibujos animados en la que los protagonistas son monstruos.
En total, CNTV Infantil comprende más de dos mil títulos,
pasando por juegos y guías educativas dedicadas a padres, apoderados y
docentes. Respecto de ello, Soledad Suit indica que hoy los medios de
comunicación deben apostar por plataformas múltiples que sigan los
intereses de los niños que están fuertemente relacionados con las nuevas
tecnologías.
“Existe
una oportunidad, porque además de entregar contenidos puedo abrir un
canal de diálogo con los niños y niñas en el que puedan subir sus videos
y contar historias. Hay mucho que se puede hacer desde el mundo audiovisual con esos segmentos de públicos y audiencias”, enfatiza.
Así,
Suit señala que frente a la crisis que enfrenta la población, los medios
tienen la tarea de modificar su relación con los niños y niñas. El
reto, es transformarse, adoptando las nuevas plataformas digitales y
aprovechando las posibilidades que brinda la Web.
Desprotección y contenidos
La
educación y la culturización de los niños a través de la televisión o
los medios digitales no es un tema nuevo. Desde hace, por lo menos cinco
años, éste es un debate que preocupa a gestores, educadores, padres e
investigadores.
Frente a
ello, Alejandra Fritis, directora del Festival Internacional de Cine
para Niños, Niñas y Adolescentes Ojo de Pescado, sostiene que esta
situación no deja de ser preocupante: “Ante estas circunstancias
de emergencia, vemos que existe una gran carencia de contenido
audiovisual y televisivos para niños y niñas en nuestro país. Esto es algo que venimos diciendo desde hace mucho tiempo, pero ahora queda en evidencia”.
“El hecho de que no tengamos una televisión pública, cultural, infantil, que, realmente vele por los contenidos que se ponen a disposición de la población y no de los intereses comerciales, nos deja absolutamente desprotegidos”, comenta.
Por otro
lado, Alejandra Fritis sostiene que el tema de los contenidos digitales
es un mundo aún nuevo para los programadores nacionales. “Estamos muy atrasados,
tanto como para poner a disposición los contenidos que producimos, que
son demasiado escasos a mi parecer, como para poner a disposición otro
tipo de contenido, de otras procedencias”, dice.
“Además, en un contexto donde las personas no tienen la suficiente rentabilidad, el tema de Internet es algo muy limitado. Entonces, el Gobierno debería intervenir en reducir esa brecha de desarrollo digital que tenemos en Chile”, recalca.
De esta forma, la educación y
culturización de los niños y niñas a distancia es un debate en
desarrollo. Si bien las propuestas existen, éstas no dejan de ser
soluciones lejanas respecto de la realidad de la población chilena. Aún
así el desafío queda sobre la mesa, es decir, avanzar hacia un medio
cultural capaz de abarcar cada una de las regiones del país, apostando
por un contenido lúdico, inclusivo y que acompañe los procesos de
escolarización.
No hay comentarios:
Publicar un comentario