Un newsletter semanal sobre cómo se escribe la nueva Constitución. Hola , Te doy la bienvenida a la edición número 10 de mi newsletter. Gracias a todas las personas que se sumaron esta semana, nuestra comunidad ya tiene más de 5 mil suscriptores Si quieres ponerte al día con mis envíos anteriores, puedes hacerlo acá. Si ya me habías leído antes, debo contarte que esta semana fue bastante diferente a todas las anteriores. Cuando la Convención Constitucional cumple ya dos meses de funcionamiento, comenzó a cerrarse la redacción del reglamento interno y, bueno, las cosas se pusieron un poco enredadas. ¿Por qué? Como recordarás, el sábado 28 vencía el plazo para que las comisiones transitorias enviaran sus propuestas de normas de funcionamiento. A partir del lunes, la comisión de Reglamento debía comenzar a armonizar esas propuestas con el articulado que dicha comisión ya había aprobado. Desde el primer minuto quedó claro que no sería fácil. Como observadora atenta del trabajo de las distintas comisiones, yo ya me había dado cuenta de que cada una iba avanzando sin tomar mucho en cuenta lo que decidían las otras. El problema se veía venir y el resultado fue que las normas no eran del todo compatibles, a no ser que se hiciera cirugía mayor en alguna de las propuestas. Dame un ejemplo… La Comisión de Reglamento acordó crear 7 comisiones permanentes. Para consensuar los temas y sus contenidos hubo arduas negociaciones entre sus integrantes. Aunque en algún momento se habló de que una de estas comisiones tratara asuntos indígenas, los representantes de pueblos originarios pidieron expresamente que no se hiciera así, pues para ellos era importante que el tema fuera transversal. Pues bien, el articulado propuesto por la comisión de Participación y Consulta Indígena incluye una comisión permanente de Derechos de los Pueblos Indígenas y Plurinacionalidad. En las reuniones de esta semana sus coordinadores subrayaron lo relevante que era para ellos el tener una comisión especializada. ¿Cómo se solucionó? Todavía está en vías de solución. La comisión de Reglamento asumió que no estaba entre sus atribuciones cambiar las decisiones previamente acordadas por otras comisiones. Eso implica que sólo podían agregar nuevos artículos o incisos, pero no modificarlos. Por eso, la primera decisión fue enviar algunas propuestas directamente al pleno como reglamentos separados, para que ahí, entre todos los convencionales, decidan qué prevalecerá o busquen alternativas. Es el caso de las propuestas de las dos comisiones de participación (Popular y Consulta Indígena). También se envió al pleno el reglamento de Ética, pues consideraron que por su naturaleza debe ser un cuerpo independiente, mientras que la normativa de Presupuesto ya se aprobó hace algunas semanas. Se mandató a los coordinadores para emitir un informe que destaque las contradicciones entre los distintos reglamentos y que proponga cómo integrar las propuestas de las otras comisiones (Descentralización y Comunicaciones). Esto último se votó la tarde del jueves. ¿Y Derechos Humanos? Uf, eso es más complejo. Lo primero que se decidió fue enviar directamente al pleno todos aquellos asuntos del informe de la comisión de Derechos Humanos que no eran reglamentarios. Ahí están incluidas algunas de las propuestas que fueron polémicas esta semana, como la de reemplazar a Carabineros por una policía desmilitarizada y el levantamiento del secreto del Informe Valech, siempre que las víctimas no se opongan. En cambio, se acordó que aquellos puntos que sí eran reglamentarios serían conversados por las coordinaciones de DDHH y Reglamento para ver cuáles se incorporarían al articulado. ¿Cuál es el problema? Hasta ahí iba todo bien, pero en esa conversación entre coordinadores las cosas se pusieron tensas. Las diferencias fueron varias, aunque el punto más crítico se dio porque los coordinadores de DDHH, Manuela Royo y Roberto Celedón, insistieron en incluir su propuesta de una comisión permanente de Derechos Humanos, Ambientales, de la Naturaleza y Garantías Constitucionales, mientras los coordinadores de Reglamento, Amaya Álvez y Daniel Bravo, les explicaban que no podían agregar nuevas comisiones ni cambiarle el nombre a las ya existentes. La idea era incorporar aquellas cosas en que no hubiera contradicciones entre ambas propuestas, para luego votarlas en Reglamento. Esto último no fue bien recibido por Royo, quien insistió en que era su comisión la que tenía las atribuciones para dotar de los contenidos de DDHH el reglamento. Celedón estaba particularmente enojado porque ninguna comisión lleva siquiera Derechos Humanos en el nombre y en vez de eso se propone el título de Derechos Fundamentales. Álvez sugirió llevar el asunto al pleno, pero no hubo posibilidad de acuerdo. O al menos eso pareció, porque la reunión terminó con micrófonos apagados. (Ups ). Al día siguiente (jueves), se citó a una sesión extraordinaria de la comisión de Derechos Humanos donde se informó del desacuerdo, lo que generó molestia entre los convencionales y se llegó a decir que no eran “subalternos” de Reglamento. Tras la reunión, varios convencionales de la comisión de DDHH se trasladaron al hemiciclo donde sesionaba Reglamento. Luego de escuchar la versión de Álvez y Bravo sobre por qué lo mejor era enviar la propuesta al pleno, reaccionaron comprensivos y todos quedaron en seguir conversando para llegar a acuerdos. ¿Qué viene ahora? Ahora sí comienza la recta final del reglamento. El jueves 9 de septiembre comenzará la deliberación y votación en general en el pleno. Luego viene el plazo para presentar indicaciones, algo en que algunos grupos ya han comenzado a trabajar porque se necesitan 30 patrocinios, lo que considerando los equilibrios políticos, exigirá bastantes negociaciones. La votación sobre dichas enmiendas comenzará recién la semana del 20 de septiembre, con lo cual se espera que el día 28 ya se cuente con un reglamento definitivo. Si eso ocurre, la Convención tendrá algo más de nueve meses para discutir los temas de fondo. ¿Más novedades? Tras el escándalo de las firmas falsas del precandidato presidencial Diego Ancalao, esta semana terminó de quebrarse La Lista del Pueblo (LLDP), que llegó a tener 27 integrantes en la Convención. El miércoles, 17 convencionales anunciaron la creación de un nuevo bloque denominado “Pueblo Constituyente”. Con esto, sólo dos convencionales siguen perteneciendo a LLDP: Cristóbal Andrade, conocido como Dinoazulado, y Giovanna Gandón, la famosa Tía Pikachú. No está claro cómo se alineará el resto. La conformación de grupos es muy importante en la Convención, no sólo para reunir apoyo en las votaciones –con esto podría haber un cambio de equilibrios–, sino porque la norma establece que en el pleno la palabra se otorga de acuerdo a la pertenencia de los convencionales, con la idea de que sea proporcional al peso de cada bloque. ¿Algo más? Sí, preparé una historia robotizada sobre las distintas propuestas de participación, que como te conté, se votarán directamente en el pleno. Plebiscito dirimente, iniciativa popular de norma y consulta indígena vinculante están entre las más relevantes: Si LaBot Constituyente aún no llega a tu correo , puedes suscribirte aquí: Imagen constituyenteEntrevista constituyente : Christian VieraChristian Viera fue electo convencional por el distrito 17 de la Región del Maule y como independiente se sumó al bloque del Frente Amplio. Es abogado de la Universidad Católica de Valparaíso, doctor en Derecho de la Universidad de Deusto y académico de la Universidad de Valparaíso. En la Convención Constitucional integra la comisión transitoria de Ética, donde participó en la discusión sobre las normas de convivencia entre los convencionales, varias de las cuales han generado polémica. En los últimos días ha habido bastantes críticas al resultado del reglamento de la Comisión de Ética. En términos generales, ¿cuál es su valoración del resultado de ese trabajo?
¿Quizás un estándar demasiado alto o con normas demasiado "innovadoras" para el sistema legal chileno? Pienso por ejemplo en la regulación del negacionismo, ¿es practicable para la sana convivencia de la Convención sancionarlo así?
Vamos de a uno. ¿Qué peligros ve sobre el negacionismo? Ya tuvimos una experiencia en la Comisión de DDHH con el ex almirante Jorge Arancibia...
Y respecto a la dictadura, considerando que en el sistema de normas chileno no está tipificado el negacionismo, y que de hecho los ciudadanos eligieron como convencionales a personas que habían trabajado en la dictadura –como el almirante Arancibia, que fue edecán de Pinochet– o que la han defendido ardientemente –como Marcela Cubillos–, ¿por qué los convencionales deberían censurar a personas que fueron democráticamente electas?
El segundo punto tiene que ver con quitarle el derecho a voz a los convencionales que son sancionados varias veces.
¿Y en el caso de los cursos de formación?
Otro punto tiene que ver con la regulación de la desinformación, lo que ustedes llaman "noticias falsas", una definición con la que los periodistas no vamos a estar de acuerdo. Pero más allá del concepto...
Pero hay una serie de cosas que están en un área gris. Sobre todo cuando se trata de interpretar...
Usando ese mismo ejemplo: cómo va a determinar el comité que ese no fue un error.
¿Ustedes se asesoraron con expertos para reglar un tema tan complejo que en ninguna parte se ha podido regular bien?
Sobre los tres puntos anteriores, ¿espera presentar indicaciones junto al FA para corregirlos?
Lecturas constituyentes
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"Sobremesas y Charlas", está acá para entretener con temas que se conversan después de una comida bien "regada" y el café para algunos, se charlará de todo, el acontecer nacional, relatos interesantes, para gozar de la lectura. No se pretende más, tal cual usted conversa en su casa después de una comida. Bon Appétit!
jueves, 9 de septiembre de 2021
LaBot Constituyente. Las dificultades para cuadrar el círculo del reglamento.
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