Patricio López | Radio/Diario U. de Chile.
Miércoles 29 de enero 2020 16:58 hrs.
Uno de los gestos más lúcidos y novedosos de este estallido social
es haber identificado a los grandes medios de comunicación, en especial
a los canales de TV, como parte del problema que impedía avanzar hacia
un Chile más justo.
Se trata éste de un dispositivo poderoso y central en la tarea de imponer un determinado orden, pues no violenta a nadie en términos literales, sino que simplemente ayuda a convertir el sentido común de una élite en el sentido común de un pueblo. Su eficacia radica en la capacidad de pasar desapercibido, por lo que este señalamiento social ha roto el hechizo.
Antes del 18 de octubre, hubiera resultado inimaginable que las paredes se llenaran de rayados contra conductores de televisión y canales, poniéndolos como símbolos del Chile que había que dejar atrás. En paralelo, muchos despachos en vivo han sido interrumpidos o funados ante la convicción ciudadana de que lo que se estaba transmitiendo al país no correspondía a la verdad.
Se trata éste de un dispositivo poderoso y central en la tarea de imponer un determinado orden, pues no violenta a nadie en términos literales, sino que simplemente ayuda a convertir el sentido común de una élite en el sentido común de un pueblo. Su eficacia radica en la capacidad de pasar desapercibido, por lo que este señalamiento social ha roto el hechizo.
Antes del 18 de octubre, hubiera resultado inimaginable que las paredes se llenaran de rayados contra conductores de televisión y canales, poniéndolos como símbolos del Chile que había que dejar atrás. En paralelo, muchos despachos en vivo han sido interrumpidos o funados ante la convicción ciudadana de que lo que se estaba transmitiendo al país no correspondía a la verdad.